miércoles, 4 de octubre de 2023

Sergio, ya no juegas en el Madrid

Ayer por la noche no pude ver el partido en directo y, como suelo hacer cuando esto ocurre, puse el móvil en modo avión y lo vi en diferido como si fuera en directo. Primero me indigné con el gol anulado a Pedrosa, luego celebré el gol(azo) de Gudelj en un remate muy complicado y acabé incrédulo con el "penalti" que le señalaron a Ramos, convencido de que lo iban a revisar. Pero, no sé exactamente por qué, si Orsato es de la Roma, decidió hacer caso [sic. Mendi] "a un tío que está mirando la TV no sé dónde". Me quedé muy sorprendido con el hecho de que el gol de Pedrosa o el penalti no se revisara. Pero más sorprendido todavía con el gol de En-Nesyri, solo sacar de centro tras el empate, en un alarde de verticalidad y fe de Lukebakio, Juanlu y el propio Youssef. Celebré el gol como un loco en el comedor de mi casa, sin poder gritar, ya que no era plan despertar a mi mujer o a mis vecinos a la 1 de la mañana. Pero, lo que no esperaba en ningún caso, era que un equipo lleno de veteranos (ayer por 2a vez en la historia de la Champions jugaron 4 jugadores mayores de 35 años en un mismo equipo ((Ramos, Navas, Rakitic y Fernando)), pecara de pardillo como lo hizo. Y Ramos, como el que más. Uno de los jugadores con más partidos de la historia de la competición cometió una falta (lo sea o no, no se puede dejar lugar a la duda y menos con el protagonismo que venía queriendo Orsato). En una acción en la que el balón viene botando, pegado a la línea de cal y con el jugador de espaldas, no debes hacer esa falta jamás. Y, como he leído por Twitter, si esa falta la comete Kike Salas se le hubiera crucificado públicamente en Plaza España. 


El empate de ayer me pareció justo en cuanto al juego, pero evidentemente duele (y mucho) cuando te empatan porque a un señor italiano con silbato le apetece y tú cometes errores de alevín que lo permiten. 

Y, ayer, Sergio volvió a salir en la foto, como ya lo hizo, con muy mala suerte, en Montjuic. Evidentemente no se le puede reprochar el autogol en Barcelona ni el "penalti" del empate. Pero sí la falta. Ramos tiene que ser consciente de que ya no juega en el Real Madrid, donde gozaba de una impunidad que ya no tiene en el Sevilla. De que el escudo en su pecho no tiene una corona que le proteja de todo,  de que no puede ir protestándolo todo, de que ahora un penalti dudoso saldrá cruz o de que ahora cualquier es faltita es falta clara. Y cuanto antes sea consciente de esto, mejor para él y mejor para el equipo. Porque ayer, pese a todo, en el minuto 94' vas ganando 1 a 2 y esos tres puntos tienen que volar a Sevilla por lo civil o por lo criminal.  

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