lunes, 4 de enero de 2016

La delgada línea entre la intensidad y la violencia

A raíz del último derbi barcelonés que se jugó el pasado sábado, mucho se ha hablado sobre la actitud que mantuvo durante todo el encuentro el RCD Espanyol. Destacó por su radical diferencia en la imagen mostrada con Sergio y con Galca, ya que el equipo blanquiazul jugó mucho más intenso de lo habitual, cruzando en ciertos momentos la línea que separa la intensidad y la violencia. La prensa “nacionalbarcelonista”, nombrada así por Joan Collet, presidente del Espanyol, ha denunciado el juego, según ellos, demasiado violento de los pericos. Se quejaban de que, cometiendo 22 faltas, solo vieran 5 amarillas, y de la permisividad que tuvo el colegiado González González con el club local. Falta un criterio para saber qué es intenso y qué es violento.


Desde la llegada del Cholo Simeone como entrenador a España, el concepto de jugar con intensidad ha cambiado. Años atrás el estilo de juego de los colchoneros hubiera sido tachado, al menos, de duro. Pero los frutos que ha dado ese trabajo y el ejemplo que ha supuesto para muchos, han hecho cambiar la definición del diccionario futbolístico para el término “intensidad”.
Personalmente, no creo que la culpa de la intensificación llevada a violencia del juego en algunos partidos de algunos equipos sea culpa de ellos o de su entrenador. El señor árbitro debe hacer valer su criterio desde el principio, unificarlo con el de sus compañeros y dejar claro que es lo que vale y lo que no. Entendiendo, claro está, que no todos los partidos son iguales, que no hay la misma intensidad en un Getafe – Levante, que en un Sevilla – Betis, un Barça – Espanyol o un Atlético – Madrid. Y es en esos partidos, como el del sábado precisamente, donde se debe explicar claramente lo que vale y lo que no, lo que será penalizado y de qué manera…

Estoy convencido de que si los árbitros hablaran más con los jugadores (o si los capitanes transmitieran el mensaje) no existirían tantas polémicas después de los partidos. Y también creo que sería necesario que la Federación impusiera unos mismos criterios para todos los árbitros, ya que no es justo que Mateu Lahoz no enseñe la tarjeta hasta la décima falta, mientras a otros les falta tiempo para desempolvarla. 

1 comentario:

  1. Eso!, unidad de criterio. Una falta debería falta en cualquier partido, no dependiendo de éste y del árbitro

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